sábado, 14 de octubre de 2017

BAJO LA CESTA: CELTICS Y SPURS .. UNA NUEVA ILUSION, COMIENZA LA NBA

Estamos a pocos dias de que inicie la Temporada 2017-2018 en la NBA, el mejor Baloncesto del mundo abre el telon, mostrando nuevamente en la Cuspide. como favoritos, al actual campeon Los Golden State Warriors en la conferencia Oeste y a los subcampeones Cleveland Cavaliers, en la conferencia Este, continuando esa hegemonia impuesta por ambos en los ultimos 4 años, se espera que en esta temporada alguno de los otros 28 equipos irrumpa con fuerza y se vean otras caras en los playoffs para hacer mas atractiva esta fase. con respecto a mis equipos los San Antonio Spurs en la conferencia Oeste y los Boston Celtics en la del Este, ambos se han reforzado de manera adecuada y se espera que den una gran pelea como la temporada pasada a los Warriors y a los Cavs, situandose en las primeras posiciones de conferencia a lo largo de todas las jornadas, soñando con llegar a las finales.
a continuacion presento el analisis de los Celtics y de los Spurs tomado de la pagina Gigantes del Basket:

                                                                  BOSTON  CELTICS

Memoria 2016-17
Balance: 53-29. Primeros del Este. Eliminados en Finales de Conferencia (Cleveland, 1-4)
Eficiencia OfensivaRitmoEficiencia Defensiva
108.6 (8º)99.3 (12º)105.5 (12º)
Ataque4 FactoresDefensa
52.5% (9º)% efectivo en tiros50.3% (5º)
27.3% (17º)Tiros libres29% (25º)
13.3% (8º)Pérdidas13.9% (17º)
21.2% (25º)Rebote ofensivo24.7% (27º)

El quinto episodio de la era Brad Stevens se presenta apasionante. La obra del técnico no ha hecho más que evolucionar (25 victorias sin fase final el primer año, 53 con Finales de Conferencia el último) y durante este período Boston ha creado una marcada identidad colectiva, cobijando en ella desarrollos individuales para acabar formando un equipo permanentemente por encima de las expectativas. Orfebrería de banquillo.
Ahora, con más argumentos para competir, sólo cabe salivar. Y es que ha sido un verano de cambios. Los Celtics se hicieron en la agencia libre con Gordon Hayward, idóneo para su estructura, antes de orquestar una bomba: el aterrizaje de Kyrie Irving. Para Boston este verano suponía el fin de su ‘burbuja’ salarial(creada en base a los contratos de Thomas, Bradley y Crowder, muy por debajo de su valor real), por lo que si se quería cambiar el núcleo principal… era ahora o nunca. La llegada de Irving no fue barata (Thomas, Crowder, Zizic, el pick de los Nets de 2018 y una segunda ronda de Miami de 2020) pero resulta sugerente descifrar qué puede llegar a ser tutelado por Stevens.
Isaiah Thomas fue primordial para Boston y de hecho sus 28 puntos y 5 asistencias, con 54% de acierto en porcentaje efectivo (eFG%), sólo tienen antecedentes en Michael Jordan y Stephen Curry. Tuvo galones (34% de uso ofensivo), un sistema que le proyectaba y talento para ejecutar. Sus 1.04 puntos por posesión en pick&roll fueron élite y acabó como segundo máximo anotador de la Liga en el clutch (situaciones de final de partido igualado).
Eso sí, el potencial de Irving ahí es incluso mayor. Su uno contra uno y cualidades técnicas no aguantan comparativas, el peligro reside en su tendencia a usar su repertorio aislado del equipo. Es tan bueno como autosuficiente. Irving desequilibra, solo que a su forma. El 60% de sus tiros el año pasado llegaron tras, como mínimo, tres botes. Y el 35% tras más de siete. Irving suele detener sistemas… porque él representa uno por sí mismo.
Ahí entra el contexto. Horford y Hayward crean para el resto, mientras que los sistemas del técnico suelen poner a los jugadores en situaciones para brillar. No es difícil imaginarle replicar situaciones que ya aprovechó Thomas, así que la clave será comprobar hasta qué punto se mezclará la tendencia de Irving a ser verso libre con el plan colectivo, hasta dónde llegará la libertad y cómo se evitará que se convierta en libertinaje. Su infinita capacidad y motivación, unidas al conocimiento de su nuevo entrenador, sugieren algo salvaje.

Directores que no juegan de uno

Uno de los rasgos más marcados en la estructura de Stevens es la versatilidad. En ataque esto se traduce en la tendencia a lo aposicional (no importa qué posición tenga un jugador sino qué funciones cumpla), algo muy interesante de seguir este curso a partir, por ejemplo, de sus generadores. Que no serán los bases.
Al Horford viene siendo el principal generador. No por número de asistencias sino por cómo se desarrollan los ataques, con su figura clave alimentando las ventajas del resto indistintamente de quién reparta luego el pase final. Boston es muy solidario (segundo equipo que más pases da), con gran peso de bloqueos indirectos y pases extra buscando el mejor tiro posible. Y este año podrá serlo aún más.
Junto al pívot, los Celtics contarán con Gordon Hayward para crear también desde el bote. Su triple amenaza (pase, bote y tiro) proyecta el sistema, puede mejorar las condiciones de Irving para ejecutar o las situaciones de los demás. Hayward podría ser empleado como tirador en un sistema que magnifica el triple (39% de los tiros el año pasado fueron de tres, tercer mayor dato NBA), pero también como director. Por su estilo altruista, su reencuentro con el técnico (que ya le dirigió en la universidad) parece perfecto.
La coexistencia entre el núcleo Irving-Hayward-Horford, a la que hay que sumar los aportes creativos de Marcus Smart en la rotación, marcarán cómo se comporte el ataque. Pero en la era Stevens no ha habido hasta ahora tanto potencial ahí en una ofensiva con tendencia a lo previsible y que, de hecho, necesitó llevar la influencia de Thomas a lo histórico para crear un ataque top 10 NBA.
Aparte del incremento creativo, en el ataque de Boston resultan claves los complementos. Y, pese a las bajas (Olynyk, Crowder, Bradley), hay variantes. Las hay para finalizar y abrir el campo, como Shane Larkinal uno; pero también para compatibilizar esa labor con el corte al aro, una secuencia decisiva en el diseño ofensivo de Boston, que vive mucho del movimiento de sus jugadores. Ahí hombres como Jaylen Brown, Jayson Tatum y Marcus Morris, este último llamado a ser el cuatro abierto de la estructura, encajan. Todos tiran y son activos.

Recuperar el gran tono atrás

Pese al arsenal ofensivo, el gran desafío de Boston será alcanzar plenitud atrás. Porque tras los grandes resultados cosechados hace dos años (quinta mejor defensa NBA), el sistema cayó notablemente el pasado, saliendo del top 10 en fase regular y siendo destrozado después en playoffs.
Hubo dos grandes focos para explicarlo. Uno, el rebote defensivo. Por segundo año consecutivo Boston volvió a ser uno de los cinco peores equipos de la Liga ahí, además de uno de los cinco que más puntos permitió en segunda oportunidad. Los Celtics fueron magníficos rebajando porcentajes al triple (segunda mejor marca NBA) y en general reduciendo acierto en estático y situaciones en transición (tercer equipo que menos permitió al contraataque), pero la falta de contundencia interior fue un drama.
La Gerencia apenas ha podido obtener a Aron Baynes como alternativa de presencia física pero, siendo útil, la preferencia por usar formatos dinámicos, con Horford al cinco, hace pensar que el problema persistirá. Jugar pequeño entraña riesgos. Morris no ofrece consistencia en ese apartado y sólo una sobreayuda de las alas, que sí poseen tamaño (Brown y Hayward), podría limitar daños.
El segundo foco problemático fue Isaiah Thomas. En la NBA, una competición que busca y castiga el mismatch, Thomas (peor dato de la Liga en el Real Plus-Minus defensivo) era un caramelo para que el rival agujerease. Por un lado no tenía tamaño ni recursos defensivos y por el otro su equipo dependía absolutamente de él en ataque, por lo que sus esfuerzos atrás eran limitados. La herida no dejó de sangrar, llegando incluso al extremo de ver a Stevens planteando sistemas que buscaban sobre todo ocultarle.
Siendo también muy discreto, las carencias de Irving son más reversibles. Limita algo más el mismatch y ha demostrado ser capaz de rendir atrás. Lo complejo es lograr que lo haga mucho más a menudo. Para Boston es imprescindible que sus jugadores puedan cambiar en bloqueos y reordenar así las ayudas, una de las máximas del sistema, por lo que Irving va a estar exigido.
Más allá, tener aleros con tamaño, pívots móviles y jugadores intercambiables da a los Celtics muchas posibilidades para resultar fantásticos atrás. Las bajas de Bradley y Crowder son conflictivas pero sus recambios, Brown, Hayward y Smart, son más que capaces. Boston necesitará su mejor versión, especialmente conociendo su fragilidad interior y en rebote, para devolver su defensa al top 10. Con LeBron James en el horizonte, será necesario.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:
Boston permitió un 33.2% de acierto a los rivales desde la línea de tres, segundo mejor dato de la Liga. Es el cuarto año consecutivo que mejora su rendimiento en esa (crucial) faceta y con Stevens al mando nunca ha bajado del top 5 defendiendo ese tipo de tiros.
  • Individual:
Al Horford fue el cuarto interior NBA que más pases promedió por encuentro (50.8) la pasada campaña, sólo superado por Draymond Green, Blake Griffin y Marc Gasol. En Playoffs, considerando todas las posiciones, entró en el top 15 de la Liga en esa categoría (53.5).

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 109.8 millones
  • Límite salarial: 99.1 millones
  • Impuesto de lujo: 119.2 millones
  • Mínimo salarial: 89.2 millones
Por segundo verano consecutivo, los Celtics firmaron a uno de los grandes agentes libres del mercado. Gordon Hayward llegó a Boston acordando 4 años por 128 millones, un movimiento esencial para el futuro a medio plazo de una franquicia que iba a tener que comprometer todo su espacio salarial a más tardar el siguiente verano (2018), en el que expiraban los contratos de Isaiah Thomas y Avery Bradley. Hoy ninguno de ellos sigue en los Celtics, el espacio salarial ya es historia y la columna vertebral, económicamente hablando, ha quedado claramente definida.
Al margen de Hayward, jugadores involucrados en los traspasos (Irving y Morris, como llegadas; Thomas, Crowder, Zizic, Bradley y el jugoso pick de Draft de los Nets en el próximo Draft como salidas) y aceptando la marcha de Kelly Olynyk, el resto de contratos han ido destinados o bien a los jóvenes seleccionados en el Draft 2017 o bien a secundarios para el sistema (Baynes, Larkin y Theis), todos estos últimos con acuerdos muy bajos y de un solo año. Pasa a ser ese, acertar con jugadores de rol reducido, el gran propósito de la Gerencia a partir de ahora.

Jugador a seguir:

Kyrie Irving decidió tomar otro camino. Alejarse del cobijo de LeBron James, con el que llegó a tres Finales consecutivas y conquistó un anillo, para tratar de escribir su propia historia. Su motivación será máxima y posiblemente las ventajas que el sistema le proporcione también, pero el uno contra uno más dominante del planeta, anotador intratable y prodigio del clutch deberá dar un paso adelante y ofrecer respuestas en todo aquello que, hasta ahora, le respondía James. Será una de las historias del año.
FUENTE: http://www.gigantes.com/guia-nba-201718-boston-celtics-andres-monje/
                                                     SAN ANTONIO SPURS
Memoria 2016-17
Balance: 61-21. Segundos del Oeste y de la Liga. Eliminados en Finales de Conf. (Golden State, 4-0)
Eficiencia OfensivaRitmoEficiencia Defensiva
108.8 (7º)96.4 (27º)100.9 (1º)
Ataque4 FactoresDefensa
52.4% (10º)% efectivo en tiros49.2% (2º)
26.3% (18º)Tiros libres24.9% (7º)
13.9% (14º)Pérdidas14.8% (10º)
24% (14º)Rebote ofensivo22.4% (6º)


San Antonio lleva veinte años consecutivos ganando como mínimo 50 partidos de fase regular en el Oeste (o su equivalente, en caso de lockout), además de cinco seguidos acabando el curso con ataque y defensa en el top 7 NBA. Ambas a la vez. El modelo de éxito colectivo más longevo y versátil de la historia del baloncesto parece no tener fin y de hecho su camaleónica capacidad para adaptarse a multitud de contextos puede mostrar otro ejemplo, ya el enésimo, esta misma campaña.
Una lesión de Kawhi Leonard dejó sin opciones a la franquicia en su Final de Conferencia ante los Warriors y, de paso, confirmó algo no del todo seguro hasta entonces: que el alero de los Spurs no era en realidad un cyborg. Golden State habría sido favorito igualmente en la serie pero con Leonard en cancha los Spurs son un equipo demasiado potente como para resolver eliminatorias antes de tiempo.
El verano ha sido considerablemente tranquilo, sobre todo partiendo de la continuidad de Manu Ginobili, Pau Gasol y Patty Mills. Más allá, el escenario con Jonathon Simmons y Dewayne Dedmon era complejo, con ambos recibiendo mejores propuestas económicas fuera de la franquicia y finalmente dejando el equipo. Sus recambios han sido Rudy Gay y Joffrey Lauvergne, que dan otros matices distintos al esquema, sobre todo en ataque.
San Antonio construye su éxito a partir de un sistema defensivo extraordinario, que ha liderado la NBA los dos últimos años. En él la influencia de Leonard no tiene comparación, hasta el punto de que determinados rivales han comenzado a emplear ante los Spurs tácticas ofensivas cuyo objetivo es aislarle todo lo posible de la acción principal (mandándole a la esquina), incluso a costa de sacrificar a sus principales hombres de ataque (defendidos por Kawhi). En otras palabras, y simulando una partida de ajedrez, los adversarios sacrifican a su reina porque la reina del rival es simplemente demasiado dominante.
Con varios stoppers de primer nivel y una lectura de ayudas soberbia bajo la supervisión de Gregg Popovich, San Antonio es una trituradora en el perímetro (tercer equipo que menor volumen de triples permitió y quinto mejor después defendiéndolos), que además cumple toda teoría de eficiencia del mandamiento analítico: obligan a muchos tiros de media distancia, conceden pocos tiros libres, reducen el impacto en la pintura y protegen el rebote (top 10 en todos esos apartados).
Pese a su experiencia, Popovich jamás deja de aprender e incorporar recursos a su equipo. Es la mejor forma de perpetuar su éxito. San Antonio, con dos interiores grandes y a los que los rivales podrían castigar en situaciones de transiciones, fue el equipo que más bajó los porcentajes cerca del aro. Y el único en realidad que los dejó por debajo del 50%. Fue, de nuevo, una obra maestra atrás.

Rodear a Kawhi en formatos pequeños

Pese a la fiabilidad del sistema, el cuerpo técnico entiende la necesidad de amoldarse aún más a la nueva era. Y eso pasa por promover quintetos con solo un interior, ya sea LaMarcus Aldridge o Pau Gasol, rodeado de hombres atléticos, versátiles y con capacidad para rendir en ambos lados de la pista. Con rivales como Warriors, Rockets y Thunder en el horizonte, responder a esas exigencias es algo básico para competir.
San Antonio fue productivo en todo contexto con sus interiores el año pasado (jugando juntos, sólo con el americano y sólo con el español), pero la peor versión atrás llegó con ambos en pista. Es posible que este año ese formato se limite, ya que la gran ventaja del equipo nace de su dominio atrás y por tanto es lo que conviene promover.
En ataque, con un sistema dominado totalmente por Leonard (Point-Forward a su gusto), todo orbita en torno a él. Kawhi produce en toda situación imaginable pero su paso adelante en lo creativo desde el bote, mandando desde el bloqueo directo, le hace imparable.
Con un monstruo liderando, la secuencia de roles en las alas puede marcar el éxito del sistema, con Danny Green de sobra asentado como especialista en defensa y para lanzar abierto pero el enigma de Rudy Gay, que puede ser diferencial. Gay cayó lesionado el pasado enero en su tendón de Aquiles pero se espera que llegue con normalidad a inicios de curso y ofrezca la triple baraja de aleros versátiles que busca Popovich, con el plus de que Gay es un gran anotador.
El deseo de replicar a Simmons con Gay guarda justamente ese matiz. Gay no es ni mucho menos tan bueno atrás como Simmons, pero sí grande y versátil, puede cambiar asignaciones atrás… y ofrece mayor desahogo en ataque, tanto desde el tiro abierto como generando puntos por sí mismo.
Ginobili mantendrá su papel de generador desde la rotación, con el que se siente muy cómodo y Popovich le protege más durante la fase regular, pero jugadores como Davis Bertans o Kyle Anderson deben dar un paso adelante justamente en esos roles de complemento que Kawhi requiere al lado. San Antonio va a tratar de convertirse en un equipo de aleros.

De Parker a Murray, pasando por Mills

Otra de las claves del éxito se encontrará en el puesto de base, en una situación por descifrar. Por primera vez en mucho tiempo Tony Parker dejó de ser tan efectivo como solía en su rol de atacar el aro y ejercer como contrapunto del sistema. Uno por cierto mucho menos fluido que otros años y ya totalmente entregado al desequilibrio de Leonard. Los Spurs artísticos en lo creativo quedaron atrás o, al menos, en segundo plano. Ahora todo parte de un solo hombre.
El descenso de rendimiento del francés, que también comprometía mucho atrás en playoffs, obligó a Popovich a tirar de Patty Mills, cuya mejor lateralidad defensiva y buen tiro resultan útiles al colectivo. Sin embargo para San Antonio el rol de Parker como verso libre y productor vertical de puntos ha sido tradicionalmente muy valioso. Empezando el curso lesionado (y sin fecha exacta de retorno, aunque se baraja final de año), se abre una pregunta con un gran interesado para responder.
Es ahí donde puede entrar Dejounte Murray, que cerró su año de novato dando la cara en la serie ante Golden State y sugiere un potencial por el que apostar. Otro más para la nómina de jugadores bajo el radar en San Antonio. No sería sorprendente que Murray tuviese mayor oportunidad en fase regular este curso, al son de un equipo que apunta de nuevo a superar sin problemas los 50 triunfos, para calibrar cómo de preparado está. Y cómo de reales fueron las sensaciones dejadas en los últimos playoffs.
Murray necesita mejorar su tiro exterior y en realidad evolucionar en multitud de áreas, pero no hay sitio más apropiado para hacerlo que la franquicia en la que está. Con Parker y Mills como tutores y al resguardo de presión, su oportunidad es muy buena.
Pese a la verticalidad de su sistema, San Antonio sigue renunciando mucho al aclarado y produciendo una alta cantidad de buenos tiros. Por estructura el año pasado se abusó del midrange (Aldridge y Gasol son dos pívots con tendencia a abrirse tras los bloqueos), pero no comprometió el éxito. Se pasó a tirar menos de tres y más de seis metros, pero la productividad en ambas zonas fue brillante, con los Spurs cerrando el curso como mejor equipo desde el triple (39.1% de acierto) y cuarto mejor desde la media distancia (43.1%).
Si resuelven las dudas en el puesto de uno, también debilidad atrás –que obliga a Green a esas asignaciones-, los Spurs volverán a ser firmes candidatos a absolutamente todo.

Datos de lupa:

  • Colectivo:
Los Spurs fueron el mejor equipo NBA en situaciones de clutch (últimos 5 minutos con +-5 puntos de diferencia), sacando 21.5 puntos (por 100 posesiones) a sus rivales.
  • Individual:
Kawhi Leonard fue capaz de producir 1.01 puntos por posesión en situaciones de pick&roll, cuarto mejor dato de la Liga, sólo tras Lowry, Thomas y Lillard.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 114.9 millones
  • Límite salarial: 99.1 millones
  • Impuesto de lujo: 119.2 millones
  • Mínimo salarial: 89.2 millones
Los Spurs no tenían un verano sencillo, con numerosos jugadores acabando contrato y la incertidumbre de si algunos de sus veteranos querrían seguir. Pau Gasol y Manu Ginobili renovaron, aunque con cifras muy distintas (el primero a razón de 49 millones por 3 años, el último de esos no plenamente garantizado; y el argentino a cambio de 5 por 2), mientras que Patty Mills, otro clásico de la franquicia, también seguirá (50 millones por 4 años).
Los que dejaron San Antonio fueron Jonathon Simmons y Dewayne Dedmon, pero a los Spurs no les faltan pretendientes y acabaron firmando a Rudy Gay (17 millones por 2 años) y Joffrey Lauvergne (3 por 2). Con la flexibilidad atada, hay dos grandes puntos de interés en los Spurs: la agencia libre de Tony Parker (sin restricciones el próximo verano) y saber qué ocurre con LaMarcus Aldridge, ya que el jugador podría salir al mercado también en 2018. Esas dos situaciones sí podrán marcar más el futuro de la franquicia tejana.

Jugador a seguir:

Tras ser tercero en las carreras por el MVP y Defensor del Año la última campaña (también fue top 3 en ambas la anterior), Kawhi Leonard quiere más. Un jugador decisivo en ambos costados, que controla ya cada aspecto imaginable del juego, flexibiliza formatos y pone en mejores situaciones a sus compañeros. El sueño de cualquier técnico.
FUENTE: http://www.gigantes.com/guia-nba-201718-san-antonio-spurs-andres-monje/

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