sábado, 10 de diciembre de 2022

LOS CABALLEROS DEL TAPETE VERDE: WORLD CUP QATAR 2022; CUARTOS DE FINAL, DIA 18

 QATAR 2022 | CROACIA 1 (4) -BRASIL 1 (2)

Croacia baila, Brasil llora

La selección de Dalic repite semifinales después de resistir a Brasil con entereza y un gran portero y tumbarla después en los penaltis


Fue un duelo entre quien nada en la abundancia y quien, por razones demográficas, está obligada a aprovechar hasta el hueso. Y lo ganó Croacia, que tiene menos donde elegir y una menor capacidad para regenerarse. Dalic ha llevado hasta más allá del límite a la mejor generación croata de lahistoria. Donde no alcanzaron las fuerzas, llegaron las ganas. En Qatar empequeñeció a Brasil con su fútbol disciplinado, de bajo ritmo, de resistencia detrás y abstinencia delante. Va de prórroga en prórroga hasta la victoria final. La selección de Tite tiró un tiempo, no acertó en otro y se despidió de nuevo en cuartos en los penaltis. Ese llanto durará otros cuatro años.

Es difícil explicar por qué Brasil baila. No hay selección con mayor exigencia en este Mundial y en todo aquello que juegue y, sin embargo, sus futbolistas nunca pierden el humor. Viven y actúan como si esto solo fuera un juego, ajenos al dramatismo global. Quizá porque si el asunto no funciona (y lleva ya veinte años sin hacerlo) le disparan al pianista, ahora Tite. Pero la canarinha también hace excepciones, en función del rival. Y como Croacia no estaba por permitir la fiesta perdió la alegría que le invadía desde el triunfo ante Corea.

Dalic había puesto a Suiza, una selección aburridamente hermética y atenta, como ejemplo de antagonista a Brasil. Fue una pista falsa. De salida, Croacia no dio por perdida la pelota e impuso el oficio de sus centrocampistas: Modric, casi como mediapunta, y los tragamillas Brozovic y Kovacic. También ganó la mayoría de los duelos, índice principal para medir el grado de compromiso de un equipo. Incluso se acercó al gol en un centro cruzado de Pasalic, la novedad en su once, que no remató bien Perisic.

Manda Modric

Brasil entregaba esta primera batalla colectiva porque su póquer, casi repóquer, de delanteros había perdido la comunicación con Casemiro y los laterales. La canarinha tenía mejores futbolistas, pero peor plan. Aun así, sin continuidad, tuvo alguna llegada de cierto peligro: una pared Vinicius-Richarlison con remate inconcluso del primero, un tirito de Neymar a las manos de Livakovic... Poca cosa para el ataque que más jaleo arma en los últimos treinta metros.

Croacia no devora, pero sí provoca cierta parálisis en sus víctimas. Lo consiguió con Brasil. Dos laterales fuera del gran circuito, Juranovic (Celtic) y Sosa (del Stuttgart), no se vieron desbordados por Raphinha y Vinicius, que andaban en modo avión. Y sus centrales encerraron a Richarlison, otro que comparecía desatado. Tampoco Neymar hizo fortuna entre líneas, entre otras cosas porque esas líneas, muy juntas, le emparedaban. Esa es una de las grandes virtudes de Dalic, conseguir que lo que tiene parezca mejor de lo que es. Un equipo económico que se viene arriba a la hora de la verdad, aunque en ataque tampoco fue gran cosa. Esa es la superficie que más ha erosionado el tiempo. “Donde antes había delanteros de Juventus o Atlético ahora los hay de Dinamo de Zagreb, Hajduk u Osasuna”, se queja a menudo Dalic. Tiene razón. Kramaric fue parte del paisaje.

Cambio de extremos

La segunda mitad resultó otra cosa. En un minuto salvó tres goles Livakovic, del fuego amigo de Gvardiol, de Vinicius y de Neymar, y se chequeó un penalti imaginario de Juranovic, una de esas manos que el VAR tortura hasta hacerlas confesar. No fue el caso. Brasil empezaba a ser Brasil. Croacia había mandado en el adagio y empezaba a sufrir con el vivace.

A Tite le iba el ritmo alto y cuando decreció, cambió de extremos. Antony por Raphinha, Rodrygo por Vinicius. Con Neymar, no se atrevió. Sabía por qué. En la primera que emprendió Rodrygo, Paquetá, favorecido por un rebote, tuvo el gol. Lo evitó Livakovic, que es más que héroe de un día. Repitió después ante Neymar y el propio Paquetá. Croacia, presa de la fatiga, empezaba a colgar de su portero. Eso siempre lo tiene Brasil: su capacidad para emerger entre las tinieblas. Pero la embestida no le libró de la prórroga.

Y ahí asomó Neymar, el hecho diferencial, que tiró dos paredes hasta plantarse ante Livakovic. Escamado por los mano a mano anteriores, le esperó, le amagó, le arrodilló y marcó a puerta vacía. Es la cabeza nuclear de Brasil y contra eso poco se puede hacer. Parecía la última palabra y no lo fue. La capacidad de resistencia de Croacia es infinita y Petkovic, torpón desde su entrada, cazó un tiro en el área que volvió letal un toque en Marquinhos. Así que decidieron los penaltis y ahí el acierto fue croata. La leyenda continúa.

FUENTE: https://as.com/futbol/mundial/croacia-baila-brasil-llora-n


QATAR 2022 | PAÍSES BAJOS 2 - ARGENTINA 2

Messi sobrevive a Mateu

Argentina se clasificó en los penaltis y se medirá a Croacia. Dibu Martínez detuvo dos. Países Bajos había neutralizado un 2-0 en el minuto 101. Arbitraje polémico.


Una prórroga agónica y un desenlace trepidante en los penaltis condujeron a Argentina a las semifinales del Mundial cuando más le había hecho sufrir Van Gaal, cuando todo se había puesto en su contra a pesar de que tuvo la clasificación mucho antes en el bolsillo. Murió de pie Países Bajos, que reaccionó a tiempo y a base de colgar balones. Comprimió un partido del que salieron vivos como pudieron Argentina y Messi, víctimas también, en realidad todos, de un arbitraje nefasto de Mateu. No habrá Clásico en semifinales, pero sí estará la Argentina de Messi con su versión camaleónica. Modric le espera.

La Albiceleste fue mejor desde la alineación. Scaloni calcó el dibujo de Van Gaal. Plantó un espejo sobre el campo para obligar a mirarse en él a los neerlandeses y que comprobaran que quizá no eran tan guapos con su esquema habitual. El plagio neutralizó los dos carrileros de Van Gaal y descubrió mas huecos para Messi de los que hubiera tenido con un socio más al lado. A veces lo mejor con los genios es dejarlos libres, que se sientan lobos solitarios. Messi lo fue. Cada vez que participó del juego elevó el partido.

En su primer truco de escapismo lanzó alto desde la frontal. Se flageló como si desde ahí estuviera obligado al gol. Dice mucho de él. Si no aparecía Messi, el encuentra era terrenal. Hubo un tramo en el que Países Bajos llegó a sentirse cómoda y ofició ataques que comprometieron a los tres centrales argentinos.

Estaba muy pareja la situación hasta que Messi convirtió el agua en vino. Una recepción en el centro del campo inició todo. Con el control dejó seco a De Jong y con la asistencia rompió las leyes del fútbol. Un pase invisible, un trazo de genialidad absoluta, que Nahuel Molina aprovechó para batir a Noppert. El partido inexistente, el de Messi, surgía una vez más.

Para entonces Mateu ya se había hecho enemigo de todos y amigo de sí mismo. Lo previsible. En un encuentro de esta altura lo mejor para un árbitro es pasar desapercibido, algo que no va con él. Van Gaal quiso emprender la remontada y renunció al equilibrio. Se fue De Roon y entró Berghuis. El centro del campo neerlandés desapareció.

Con espacios, cualquier opción a la contra era un caramelo para Messi. Apareció en varias, pero el que logró encender la luz fue Acuña. Tras una internada por la izquierda, la enésima, provocó un penalti torpe de Dumfries que Messi resolvió con soltura. Argentina se vio cerca de la semifinal, pero a Van Gaal le quedaba una última bala en el banquillo. Introdujo a las dos torres, Luuk de Jong y Weghorst, y cambió el partido a base de colgar balones.

Cambio de rumbo

Así fue empequeñeciendo a la defensa argentina y la sacó de quicio. Así acortó distancias Weghorst de cabeza y convirtió el final en un drama absoluto, una pelea entre los centímetros y el oficio, entre el empuje y la ansiedad. Hubo tanganas, nervios, bronca. Hubo de todo. Y en la última jugada, tras una falta que era para el lado contrario a lo que pitó Mateu, empató Weghorst tras hacer buen uso de la estrategia de Van Gaal. Se desató la locura de Países Bajos y el enfado de Argentina. Vuelta a empezar.

En plena ebullición, con los argentinos más pendientes del árbitro que del juego, la prórroga fue un sanatorio para reparar heridas. Van Gaal no tenía equipo pero sí referencias arriba, mientras que Argentina fue recuperándose de la emoción a base de controlar el juego. Dos mundos paralelos. En un final de infarto, Lautaro pudo marcar dos veces y también Enzo Fernández, que se topó con el palo. El desenlace se fue a los penaltis. Ahí apareció el Dibu Martínez para salvar los dos primeros tiros y mandar a la lona a un equipo neerlandés casi irrompible. Un grande, Van Gaal, se va; otro, uno aún mayor, se queda: Messi.

FUENTE: https://as.com/futbol/mundial/messi-sobrevive-a-mateu-n/

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