LOS CABALLEROS DEL TAPETE VERDE: EUROCOPA; FASE DE GRUPOS, DIA 4
Austria (0) - Francia (1) GRUPO D
Mbappé sirve el triunfo a Francia desde el extremo derecho
Kylian decide con un centro que cabecea Wöber en propia meta y se va con la nariz rota. 'Les Bleus' sufren ante el empuje de Austria pero Camavinga y Kanté evitan disgustos
Kilian Mbappé arrancó la Eurocopa como el astro que es. Rompió un partido apretadísimo con un centro que cabeceó en propia meta Wöber. Ironías de la vida, lo hizo desde el extremo derecho, tras su comentadísima rueda de Prensa previa. No acabó el partido Kilian tras un golpetazo en la nariz que hace temer por el 10 en esta Euro. No por Francia, que fue la roca de siempre, pese al acoso de Austria. Honor para el equipo de Ragnik, intenso y ambicioso, mereciendo incluso un empate.
La primera mitad se jugó a revientacalderas, como dice De la Fuente. Lo primero que enseñó Austria fue su portero, Pentz, que dio la razón a Ragnik sacando de su rincón derecho el primer trueno de Mbappé. Se escapó en su posición preferida Kilian y buscó el ángulo corto, marca de la casa, para encontrar la respuesta óptima del meta. Desde ahí, minuto 8, crecieron los austriacos, intensos en cada pelota y rapidísimos para salir en cada robo. A Laimer le tocó trabajar para evitar las escapadas de Theo, mientras Sabitzer en el otro costado ayudaba a Mwene a no dejar respirar a Dembélé. Buen trabajo para cortar el ritmo a Francia.
Deschamps apostó por Kanté en el eje junto a Rabiot, sacrificando a Griezmann como volante diestro. Demasiado lejos de la zona caliente para el Principito, que no conectó demasiado con la pelota en el primer acto. Y si Griezmann no juega, Francia no juega. El precio que pagó Francia por esa falta de peso en el centro del campo fue conceder una ocasión clamorosa. Fue en el minuto 36, cuando Sabitzer dejó con un toque sutil a Baumgartner solo ante el portero. Maignan se hizo un gigante y desvió a córner. Bueno, no. Gil Manzano no vio la parada y cobró saque de puerta. Ocasión clarísima.
La respuesta gala fue inmejorable e inesperada. Ante el atasco, Deschamps había ordenado cambiar a los extremos, así que Mbappé atacó por la derecha, le cayó un balón para amenazar en el área, se fue de Mwene por velocidad, por potencia y porque sí, sirvió atrás y Wöber remató a la red. Impecable, pese a ser en la portería equivocada. La derecha, imparable en Francia.
El descanso asentó el plan de Deschamps. Le encanta refugiarse para proteger su ventaja y, si es posible, aumentarla a la contra. Le pudo salir perfecto en una arrancada de Mbappé que dejó con el molde a Wöber para plantarse solo ante Pentz. Con todo a favor, buscó ajustar tanto con el interior al palo que se le escapó fuera. Concesión para Austria, que aceptó con valentía su destino. Después de anunciar con un triple cambio su intención de empatar, aceptó el intercambio de golpes. Sabitzer probó con una falta cerrada que sacó Upamecano, pero más claras fueron las ocasiones de Griezmann, que no llegó a un centro de Theo, y Koundé, ambas en la misma jugada.
Camavinga y Kolo Muani entraron para reforzar el centro del campo galo. Mejoró mucho con el madridista en el eje, que es más y mejor que Rabiot. Eduardo se multiplicó como Kanté. Eran dos pero parecían veinte. Aparecieron donde se necesitaba en cada jugada para desesperación asutriaca. Y entonces ocurrió lo inesperado. En un partido de mucho roce, Mbappé remató de cabeza y en el giro de cuello impactó con su nariz en el hombro de Danso. Alarma. La nariz de Kilian, seriamente dañada. Se fue poco después, tras ver amarilla por meterse en el campo sin permiso. Un sainete absurdo antes de un descuento de récord en la Eurocopa, nueve minutos. Austria lo intentó hasta el último aliento. Imposible ante una Francia impenetrable.
Rumanía aplasta el sueño ucraniano en una tarde aciaga de Lunin
Para Ucrania esta es la Eurocopa para demostrarle al mundo que es un país unido y que no se rinde fácilmente. Así lo reivindicaron los jugadores, saltando al terreno de juego para escuchar los himnos envueltos cada uno en la bandera de su país. Un gesto que ya es historia del fútbol y que aplaudieron hasta los rivales. Pero sobre el césped no hay amigos y Rumanía se lo dejó claro.
La selección de Iordanescu no tuvo piedad con su rival, a la que pasó por encima a base de goles y con la ayuda de un Lunin que no estuvo fino en los dos primeros, en lo que supone su segunda victoria en seis participaciones en Eurocopas.
Ucrania tomó el mando desde los primeros compases, encerrando a una Rumanía que tampoco estaba incómoda con ese rol. Los de Rebrov volcaban todo su juego por la izquierda con las subidas de Zinchenko y el apoyo de Mudryk, pero que apenas pudieron encontrar a Dovbyk, bien vigilado por Dragusin. Con el paso de los minutos, la selección de Iordanescu fue saliendo de la cueva para avisar a su rival de que ellos no estaban de paso.
Cierto es que no llevaban peligro, pero el mero hecho de aguantar sin muchos problemas atrás y rondar el área ucraniana ya era significativo. Y, al final, aprovechó la primera clara que tuvo a la media hora de juego. En una mala coordinación en la salida de balón de Ucrania, Lunin se sintió presionado y su despeje no fue del todo correcto. Se la dio directamente a Man que, rápidamente, se la cedió en la frontal a un solitario Stanciu. La estrella rumana ni se lo pensó y la enganchó de primeras para poner el balón en la escuadra y marcar, sin duda alguna, uno de los goles de la Eurocopa.
Ese tanto desniveló la balanza hacia el lado rumano. Ucrania quedó tocada y apenas volvió a pisar área contraria antes del descanso. Algún saque de esquina y poco más.
Man, en cambio, pudo hacer el segundo en un disparo cruzado que fue repelido lo justo y, acto seguido, Stanciu quiso mejorarse a sí mismo. Sacó un córner cerrado que sólo el larguero evitó el gol olímpico y otro tanto maravilloso. Lunin salió a despejar y cuando se dio cuenta de que se cerraba poco pudo hacer. La suerte esta vez estuvo de su lado.
Sin embargo, no era la tarde de Lunin. El guardameta del Real Madrid erró en el 2-0, ya en la segunda mitad. Con Ucrania volcada desde la reanudación para buscar un rápido empate, en una contra rapidísima, Razvan Marin sacó un latigazo raso bien dirigido pero atrapable que, en cambio, se le metió por debajo del brazo. No midió correctamente.
Ahí se hundió Ucrania que, aún tratando de encajar el golpe, recibió el tercero. Un córner en corto que Man, que quiso redondear su completísimo partido, resolvió con un centro-chut que empujó Dragus. Minuto 57 y partido resuelto porque, por un lado, Ucrania bajó los brazos y, por el otro, Rumanía tuvo la cabeza para saber controlar el encuentro y evitar cualquier error que metiera al rival en el choque.
Ni los cambios sirvieron para animar un choque ya decidido y cuyo resultado es un duro golpe para una selección ucraniana que no esperaba un inicio tan duro. Pero Rumanía demostró que, en el fútbol, la piedad muchas veces no existe.
Eslovaquia sorprende a una Bélgica desesperada con el VAR
Eslovaquia incendió el grupo E al vencer a Bélgica que acabó desesperada con dos goles anulados a Lukaku, tras revisión del VAR. Nunca le habían invalidado dos tantos a un mismo autor en un partido en una Eurocopa, otro infortunio que se suma a los errores que cometió el delantero -cedido este curso en la Roma- en la primera mitad en sendos mano a mano ante Dubravka. Con la victoria de Rumanía ante Ucrania, las dos favoritas tendrán que reaccionar para evitar caer en la fase de grupos. Los halcones jugaron un partido atrevido, con un despliegue ofensivo y táctico que desactivó la superioridad técnica de su rival, con un Lobotka imperial. Y tuvieron esa dosis de fortuna con el VAR, que detectó dos infracciones (especialmente la segunda, por la intensidad del balón en la mano, medida por el chip interno del balón) para hacer valor el gol de Schranz al comienzo del partido.
Bélgica desembarcó en el partido al ritmo que marcaban las internadas de Doku en la banda derecha. Por ese costado llegó la primera gran ocasión de los diablos rojos, pero Lukaku no logró dirigir bien su disparo en el área pequeña y estrelló el balón contra el cuerpo de Dubravka. El extremo del City reclamaba toda la atención de sus compañeros, pero no midió el riesgo de intentar hacer en defensa lo que tan bien le suele salir en ataque. Tras un saque de banda junto a la línea de fondo propia, entregó un balón a un contrario que acabó en gol de Schranz. El extremo del Slavia de Praga inició la jugada con una dejada de tacón a Kucka y la acabó rematando a gol tras el despeje de Casteels.
Nadie podrá reprocharle al seleccionador de Eslovaquia, Francesco Calzona, que no era sincero cuando antes de la Eurocopa confesaba sus intenciones para esta fase de grupos: "Me gustaría que hicieran un buen fútbol. Podemos perder, pero no me gusta la mentalidad de conceder y especular con rivales más fuertes". Así que los halcones continuaron sacando el balón jugado desde atrás y presionando arriba. De hecho, es posible que el delantero eslovaco Bozenik todavía siga corriendo detrás del balón para dificultar la construcción del juego de los defensas de Bélgica.
Ante las dudas que podía suscitar la ausencia de Courtois por diferencias con su seleccionador, Domenico Tedesco, el meta Casteels ejecutó una de las paradas del campeonato a voleón de Haraslin, en una magnífica jugada con control de espuela en carrera de Kucka.
Bélgica mejoró con el intercambio de bandas de Trossard y Doku que, en la segunda parte, generaron mucho más peligro. Pero no era el día de Lukaku. Había errado un mano a mano ante Dubravka al final de la primera parte y, después, vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego de medio cuerpo. Después fue el meta eslovaco el que se exhibió ante un gran disparo de Trossard. Aunque fue Hancko el que protagonizó la salvada de la tarde al evitar sobre la línea un gol de Bakayoko.
Bélgica encerraba a su rival más por acumulación que por intención y asumía excesivos riesgos para una Eslovaquia que no conjuga el verbo especular. Y así llegó el segundo gol anulado a Bélgica, una vez concedido, tras otra revisión del VAR. Openda había tocado ligeramente con la mano antes de asistir al delantero. Lukaku no se lo creía. El chip del balón demostraba que el golpeo del balón en la mano era suficiente como para ser sancionado -gracias al chip interno del esférico-. Y así acabó el partido, con la victoria de Eslovaquia.
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