LOS CABALLEROS DEL TAPETE VERDE: EUROCOPA; FASE DE GRUPOS, DIA 13
Eslovaquia (1) - Rumanía (1) GRUPO E
Un 'biscotto' disimulado... y todos felices
Un empate y todos felices. Eslovaquia y Rumanía cumplieron con el temido 'biscotto' tras una entretenida primera parte y una segunda para la galería. El tanto inicial de Duda fue igualado desde los once metros por Marin tras un penalti señalado por el VAR. Será la segunda presencia de Rumanía en la fase eliminatoria tras la Eurocopa del 2000, y la segunda también para Eslovaquia después de 2016. Los de Calzona y Hamsik, por cierto, apuntan a ser el rival de España en octavos.
Había amenaza de 'biscotto' pues un empate metía en octavos a Eslovaquia y Rumanía independientemente de lo que pasara en el Ucrania - Bélgica. El primer tiempo, no obstante, fue un tiroteo de ocasiones. Dos equipos que jugaron a tumba abierta y no calcularon.
La Eslovaquia de Calzona arrancó mejor y tuvo las primeras ocasiones pero fue Duvrabka el primero que sacó una mano salvadora ante un disparo de un activo Ratiu. El primer gol, sin embargo, fue de Eslovaquia. Un gran cabezazo de Duda que colocaba el 1-0. En ese instante eran primeros de grupo.
Pero si bien el 'biscotto' se diluía... el empate parecía cosa del destino. Con un penalti revisado por el VAR, Razvan Marin anotó con un gran disparo a la escuadra. El primer contacto de Hancko fue fuera del área, pero después, según lo que vieron los colegiados, el impactó que mandó al suelo a Hagi era dentro del área de castigo.
Una segunda parte más tranquila
Tras el descanso llegó el diluvio a Frankfurt y con el agua se calmaron las hostilidades. El empate valía a ambos equipos y aunque seguían llegando las ocasiones, no fue con la intensidad del primer tiempo. Duvrabka, eso sí, sacó un paradón para evitar el 1-2 y Nita, en la portería contraria, hacia lo propio con un precioso pie a Strelec como si de un portero de balonmano se tratara.
Y no pasó más. Los últimos 10 minutos fueron una sucesión de pases, despejes a centros ejecutados sin demasiada fe e interrupciones del encuentro. Iordanescu y Calzona miraban a la ronda del K.O. Objetivo, desde luego, más que cumplido para ambos y fiesta sobre el verde después del pitido final.
Bélgica continuará las aventuras de Tintín ante Francia
Bélgica se clasificó como segunda de grupo tras empatar contra una Ucrania, que acusó su falta de puntería, y se medirá contra Francia en octavos de final. No fue el mejor día de los diablos rojos, pero tampoco el peor. El cuádruple empate del grupo sí que se traduce en una cruel eliminación de Ucrania, que se vuelve a casa con la nada despreciable cifra de cuatro puntos por el cuádruple empate en el grupo.
Los futbolistas de Bélgica jugaron con el uniforme que rinde homenaje a Tintín, personaje de ficción inventado por el dibujante Hergé en el siglo XX en historias por fascículos. Con la camiseta celeste -sobre la que asoma un cuello inglés- y el pantalón marrón, con las calzas blancas, maduraron el partido como cualquiera de las aventuras del intrépido reportero del cómic, aunque con mucha menos intuición y capacidad de resolución. 'Tintín juega con fuego' podría haberse titulado esta entrega, teniendo en cuenta los minutos finales en los que un gol de Ucrania -con el empate en el otro partido- eliminaba a los belgas.
Ucrania acumuló efectivos en campo propio para evitar el trasiego de rivales que se esperaban por las bandas -con Trossard y Doku- y por el centro -con De Bruyne y Lukaku-. Una conexión entre los dos últimos dejó al delantero solo ante Trubin, pero no acertó a golpear el balón con la izquierda. Los diablos rojos avanzaban a trompicones. Ni encontraban espacios ni se les ocurrían ideas para averiguárselos.
Rebrov le dio la titularidad a Yaremchuk, sin sacrificar a Dovbyk, para aumentar las opciones de sorprender al meta Casteels. Pero no se ha visto esta Eurocopa ni rastro del Pichichi de la Liga. En Stuttgart, además se encontró con un enorme Faes que le cerró el paso en todos sus acercamientos. Sí que aceleró las pulsaciones de la grada el el delantero cedido el curso pasado en el Valencia-. Probó puntería con un disparo lejano y se pasó de fuerza con un intento de asistencia al punta del Girona.
Bélgica se estiró en la segunda parte con las internadas por la banda de Doku, tan entusiasta como impreciso. Por poco no llegó Lukaku a un buen pase del jugador del City. Sin embargo, fue Carrasco, el que provocó la mejor ocasión de su equipo con un gran disparo desde el semicírculo con una gran respuesta de Trubin.
Malinovsky inventó la mejor ocasión ucraniana en la situación menos esperada. Un córner olímpico junto al primer palo que Casteels salvó sobre la línea. Con los Zbirna instalados en territorio rival, Bélgica trataba de dinamitar el partido con alguna contra. Pero la pólvora era de color amarillo. Castagne bloqueó con el cuerpo otro gran disparo envenenado de Malinovsky y, después, Sudakov remató a las manos una gran internada hasta el área. Y ya no hubo tiempo para más y Tintín no se quemó.
La primera presencia de Georgia en una Eurocopa ya ha hecho historia. Los de Willy Sagnol ganaron contra pronóstico a Portugal y se clasificaron para unos octavos de final donde les espera España, única selección que ha ganado los tres partidos de la fase de grupos. Las paradas de Mamardashvili, los goles de Mikautadze -lleva tres- y la calidad de Kvaratskhelia hacen de esta selección la gran revelación del torneo hasta ahora. Georgia, con titulares, estaba obligada a ganar y a Portugal, con muchas rotaciones, le daba igual el resultado. Conclusión: a los dos minutos se pusieron por delante los de Sagnol. Falta de concentración de Antonio Silva dando un pase hacia atrás sin mirar que aprovecha Mikautadze para ceder a Kvaratskhelia y que este batiera a Diogo Costa de tiro cruzado. En el arranque de la segunda mitad un nuevo fallo de Antonio Silva al hacer un penalti ingenuo propició el 2-0 de los georgianos que resultó definitivo.
Portugal empezó el partido estando clasificada por lo que Roberto Martínez rotó todo lo que pudo. No cambió al portero, algo que no le gusta al técnico español, y no rotó a Cristiano Ronaldo a petición propia del crack portugués. CR7 disputa su sexta Eurocopa -algo no logrado por nadie- y quería marcar al menos un gol como lo había hecho en las cinco anteriores. Pero para lograr este posible récord tenía que batir al mejor portero hasta el momento del torneo: Mamardashvili. El meta del Valencia ha sido clave para que Georgia llegara a este partido con opciones de clasificación y así se lo demostró a Cristiano desviando una falta lanzada por el portugués. Un par de remates que sacó la defensa y poco más de CR7 en un partido en el que la ansiedad por marcar pudo con él y se pasó todo el tiempo enfadado y protestando.
Otro detalle a seguir era ver la respuesta de Joao Félix sobre el verde en sus primeros minutos de Eurocopa. La indolencia que acompaña siempre al jugador del Atlético no le ayuda lo más mínimo y, lo que es peor, tampoco hace mucho por disimularla. Un par de disparos desde fuera del área fueron su mejor aportación en un partido más que correcto para el portugués. Portugal tuvo el balón y Georgia estaba cómoda saliendo a la contra cuando podía -así llegó su tempranero gol- pero en el primer tiempo Mamardashvili solventó con acierto todos los remates de los lusos.
Mikautadze, Pichichi de la Eurocopa
En la segunda parte Portugal salió más decidida a por el empate, pero enseguida se llevó otro chasco. Y nuevamente gracias a Antonio Silva que hizo un ingenuo penalti sobre Lochoshvili que transformó Mikautadze para convertirse en el Pichichi de la Eurocopa con tres goles y poner un sorprendente 2-0 en el marcador. La sorpresa estaba servida. Roberto Martínez quitó al ausente Cristiano para dar Gonçalo Ramos, pero los georgianos estaban crecidos y apoyados por su numerosa y ruidosa afición aguantaron sin problemas los ataques lusos. Primera derrota en competición oficial de Roberto Martínez con Portugal y alegría desmedida de una Georgia que se quiere comer el mundo.
La República Checa pudo merecer más, pero la suerte no estuvo de su lado. Quedarse con un jugador menos a los 20 minutos de partido mermó sus opciones futbolísticas de llegar a los octavos de final, pero no limitó sus ganas por llevarse un encuentro que tuvo en su mano pese a la inferioridad numérica.
Además de una rigurosa expulsión, la lesión de Stanek tras hacer una de las paradas del campeonato facilitó el gol de una Turquía que jugó con fuego y echó mucho de menos a su gran estrella, Arda Güler. El madridista apenas entró en juego y no hubo rastro ni de su potente disparo ni de sus brillantes regates. Además, por si fuese poco, el árbitro perdonó la expulsión a Yildiz cuando sólo le mostró una amarilla en una dura entrada al talón de un rival y, en una segunda acción, le perdonó la segunda amonestación tras golpear con el codo a un rival. Ni mucho menos impartió justicia el trencilla rumano que desesperó a unos checos que se acordarán de él.
Çalhanoglu tiene un cañón
Si la República Checa empezó el encuentro con las prisas que provocaban el hecho de que sólo le valiese la victoria, a los 20 minutos de partido tuvo que medir sus tiempos por la expulsión de Barak. En sólo tres minutos vio dos amarillas, la primera algo rigurosa. Jugar en inferioridad cambió la idea de parido para los de Hasek, pero con el esférico mantuvieron su planteamiento. Apenas sortearon el balón jugando desde atrás, arriesgaron para superar las líneas rivales y mantuvieron muy lejos de su propia portería a un Arda Güler que no estuvo cómodo yendo al choque con sus rivales.
Pero fue precisamente en una contra de la República Checa cuando llegó la primera gran ocasión del partido. Provod mostró su velocidad en una contra, habilitó a Jurasek para que encarara a Günok y finalmente perdonó el primer gol del choque. El meta turco se hizo grande y salvó a los suyos.
Peor suerte corrió el guardameta checo. Aunque brilló tanto con el pie como con las manos, no pudo disputar más de 54 minutos de partido. Dejó para enmarcar una gran parada a chut de Yuksek con la mala suerte de que le costó una grave lesión en el hombro y el rechace le cayó a Çalhanoglu, quien tiene uno de los mejores golpeos del torneo. El del Inter chutó con potencia y estrenó el marcador con el meta rival sin poder recurrir a su brazo derecho.
Sin Schick, el carro checo lo tiró Soucek, quien empató el encuentro dando vida a los suyos, pero ya había más corazón que piernas y su equipo se quedó a las puertas de unos octavos de final que quedaron todavía más lejos con el tanto final de Tosun en una contra.
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