Filipe Luis sueña en grande
Flamengo se impuso con claridad a Espérance con goles de De Arrascaeta y Luiz Araújo y un juego intenso, atractivo y eficaz.
Flamengo llegó al Mundial de Clubes y demostró por qué lidera el Brasileirao. Mostró un juego eficaz, de ritmo alto y vistoso con balón. Brillaron los jugadores clave en la creación, con gol incluido de De Arrascaeta y liderazgo, ya en su debut, de Jorginho. Espérance apenas tuvo opciones de plantar cara y el segundo gol les anuló cualquier tipo de esperanza.
El equipo carioca salió a mandar, con atrevimiento y sin mostrar un ápice de los nervios típicos de un debut mundialista. Pronto se vio la ambición por buscar el gol con llegadas constantes de los laterales, sobre todo de Varela -con el apoyo de Gerson- por el costado diestro y la movilidad en tres cuartos de campo que encerró a Espérance cerca de su área.
Si hay que mencionar un nombre en Flamengo ese es el de De Arrascaeta, por lo que ha logrado en los últimos años y por su nivel excelso en 2025. Y él, internacional con Uruguay, fue el encargado de abrir el marcador. Su compatriota Varela sirvió el centro, Luiz Araújo lo bajó y el medipunta no perdonó en el área.
Con la ventaja el Mengao bajó el ritmo, imposible de sostener más en el tiempo, y ni siquiera así Espérance fue capaz de asomarse con peligro. No lograron un solo remate de peligro en el primer tiempo y su afición, que puso un emocionante color en el arranque, enmudeció poco a poco.
En la segunda parte el cuadro tunecino creció con el paso de los minutos y Flamengo no encontraba la manera de ser tan dañino como al principio. Belaili mandó un par de avisos serios y Rossi fue exigido en el segundo de ellos. Sin embargo, calidad individual salió al rescate de los cariocas en el momento crítico.
Luiz Araújo se encargó de encarrilar en el triunfo con una fulguranta aparición en el área. Controló la pelota y sacó un zurdazo ajustado al palo más alejado. Un gol brillante que permite soñar a Flamengo. Chelsea, cuidado.
FUENTE:
Un villano llamado Otamendi
Un gol agónico del central, hincha de River, da el empate al Benfica cuando parecía muerto. Los 40.000 aficionados de Boca iluminan la grada. Carreras, flojo.
Hay héroes y hay villanos, también en el fútbol, también en un Boca-Benfica, un choque coloreado por los colores azul y amarillo de la grada pero cincelado finalmente por un hincha confeso de River, Otamendi, que se coló en la fiesta para salvar un empate y de paso alegrar a la mitad de Buenos Aires, la de Núñez, la de River.
Boca jugó con el corazón, con el aliento, con los pulmones de su gente. Miami fue la Bombonera. El fondo norte del Hard Rock Stadium fue la Doce. La franja dorada de su pecho se convirtió en un chorro de energía hacia la victoria. Boca es Boca. El dicho más celebre del fútbol argentino lo resume todo. Puede estar bien, mal o regular, puede tener mejores jugadores o peores, puede alejarse al máximo de sus momentos más estelares de su historia, pero, señores, Boca es Boca.
Con ese espíritu salió el equipo de Russo. Fue titular Ander Herrera, aunque duró 20 minutos. Es una desgracia lo de este futbolista con las lesiones. Suma cuatro en los seis meses que lleva en Argentina. Para colmo, después fue expulsado estando en el banquillo. Sin él en el campo llegó toda la acción.
Boca se desmelenó ante la locura de su gente. Blanco se coló por la banda y regaló el balón a Merentiel -buen delantero el uruguayo-, que acarició la pelota a gol. Explotó Miami, la Miami xeneize, y aún hubo más jolgorio cuando Battaglia hizo el 2-0 al rematar una prolongación en un córner.
El Benfica estaba KO, entre la pereza que da jugar con calor y ante un equipo que rasca siempre. Carreras, vigilado con lupa, dejó apenas una incorporación en un catálogo más pobre de lo esperado.
El partido sólo cambió cuando todos esperaban el descanso. Un penalti tonto de Merentiel sobre Otamendi dio alas al conjunto encarnado. Di María resolvió con maestría y trasladó toda la pasión de la hinchada de Boca hacia unos miedos por lo que pudiera pasar.
Boca se mantuvo entero mientras pudo, sujetó las escasas acometidas del Benfica, desquició a todos, incluido Carreras, que culminó su partido discreto con una tarjeta amarilla por una dura entrada. Peor fue lo de Belotti, que en la disputa de un balón impactó con su bota en la cabeza de un rival y se ganó la roja tras revisión de VAR.
Al Benfica le entró el ataque de orgullo por acabar mejor de lo que empezó, por arañar un punto que no le complique el grupo, pues Auckland no es rival para ninguno, tampoco para Boca. Incluso con diez, se lanzó a por la portería contraria y se aferró al amor propio.
En ese contexto el mejor es Otamendi, el villano perfecto, el criado en el sentimiento a River e hincha del Millonario, el rival eterno que fue silbado antes y durante el encuentro, y que saltó por encima del cielo para elevarse en un córner y rematar un balón que llevaba su nombre.
Un gol que es oro molido para su equipo y para su corazón, capaz de convertir en un Boca-River lo que parecía una fiesta xeneize en Miami, sin franja pero con gallina, gallinazo en este caso, el de Otamendi para sacar de la tumba al Benfica.
FUENTE: https://as.com/futbol/internacional/un-villano-llamado-otamendi-n/
Enzo evita un lío
El argentino, suplente, marcó el definitivo 2-0 cuando más sufría el Chelsea en la segunda mitad tras el tanto inicial de Pedro Neto. Debutan Liam Delap y Dário Essugo.
Dijo el español Sergi Palencia en la previa del encuentro que no viajarían a Atlanta para intercambiar camisetas con los jugadores del Chelsea, y es que los pupilos de Enzo Maresca tuvieron que sudar y sufrir mucho más de lo esperado para sumar, en su debut en el Mundial de Clubes, los tres primeros puntos (2-0). El tanto inicial de Pedro Neto y la necesitada sentencia de Enzo Fernández, quien comenzó el encuentro desde el banquillo, evitaron un susto importante. Los Angeles FC, sin Giroud en el once inicial pero con un providencial Lloris bajo los palos, tuvo, especialmente en las botas de su referencia Bouanga, ocasiones lo suficientemente claras para haber metido a los blues en un lío.
Frente a una actuación defensiva más que mejorable por parte de la zaga blue, Liam Delap protagonizó su debut soñado como nuevo ‘9′ del Chelsea. El inglés, fichado por 35 millones de euros desde el Ipswich Town para hacerle la competencia a Jackson como referencia ofensiva, cambió el partido nada más saltar al terreno de juego. Suya fue la asistencia del definitivo 2-0. Aunque el encuentro entre el conjunto londinense y LAFC no tuvo la expectación de los primeros encuentros del torneo, con la incansable grada de animación americana como único atractivo en las gradas, Todd Boehly estará satisfecho de ver cómo sus millonarias inversiones empiezan a cobrar sentido
Con la intensidad de un amistoso de pretemporada y las gradas del Mercedes-Benz Stadium prácticamente vacías, Los Angeles FC salió, sin Olivier Giroud en la punta de lanza, más envalentonado de lo esperado. Hasta que los pupilos de Enzo Maresca se hicieron dueños y señores del balón. Eso sí, el cuadro londinense echó mucho en falta a Enzo Fernández en la medular, el único miembro del once de gala habitual del Chelsea que comenzó el estreno blue en el Mundial de Clubes desde el banquillo.
El conjunto inglés, con la intención de presionar alto y armar sus ataques desde atrás en pocos toques, se topó en el costado diestro con una exhibición defensiva del Sergi Palencia. El canterano culé secó al siempre anárquico Noni Madueke, que fue quien gozó de la primera gran ocasión del choque con un disparo raso que Hugo Lloris le sacó con el pie. Aún más inocuo fue el equipo de Steve Cherundolo durante los 45 minutos, y es que su principal activo en ataque, Denis Bouanga, vio cómo Reece James no quiso ser menos que su homólogo español en el lateral derecho de la zaga blue.
Fue entonces, pasada la primera media hora de encuentro, cuando Nicolas Jackson se cansó de ver a su equipo tan estático e impreciso en las combinaciones. Tras superar a la dupla de centrocampistas formada por Timothy Tillman e Igor Jesus, dos de los más destacados del primer tiempo, el delantero senegalés puso un balón en profundidad perfecto para Pedro Neto. El pase rompió por completo a LAFC y el portugués se encargó del resto. Amago para tirar al defensa al césped y, con el balón acomodado en la zurda, disparo potente al palo corto. Golazo del Chelsea, el primero de los pupilos de Enzo Maresca en el nuevo torneo de la FIFA.
a con Giroud y Enzo Fernández sobre el césped, Los Angeles FC salió infinitamente mejor que el conjunto londinense a los segundos 45 minutos. Tanto como para haber merecido empatar el encuentro mucho antes de que el centrocampista argentino firmase la tranquilizadora sentencia para el Chelsea. Tras el doble susto que se llevó la zaga blue en los primeros compases del segundo tiempo, Robert Sánchez tuvo que sacar un pie providencial para evitar el gol de Bouanga. Le faltó puntería al atacante gabonés de LAFC para materializar alguna de las varias ocasiones de las que dispuso. No le estaba gustando a Enzo Maresca lo que veía en el campo y fue el debut de Delap como nuevo ‘9′ blue el que terminó decantando la balanza para los londinenses.
En la segunda de las dos jugadas calcadas que protagonizaron Cole Palmer, con un pase en profundidad; Delap, con una carrera al espacio y un centro al punto de penalti; y Enzo Fernández, con una incorporación al ataque desde segunda línea, el Chelsea firmó el definitivo 2-0. El exdelantero del Ipswich Town, el primer jugador en portar el ‘9′ desde Pierre-Emerick Aubameyang, asistió al capitán argentino del Chelsea para devolver la tranquilidad al técnico italiano justo después de que el ‘99′ del conjunto americano fallase la mejor ocasión de los suyos en el partido. Con el triunfo amarrado, Enzo Maresca aprovechó para hacer debutar también a Dário Essugo.
FUENTE: https://as.com/futbol/internacional/enzo-evita-un-lio-n/
No hay comentarios:
Publicar un comentario