Así fue el camino de los Panthers hacia el bicampeonato
Con un plan maestro de su directiva y el temple forjado en la adversidad, Florida conquista su segundo título consecutivo
La llegada de Bill Zito a la directiva de los Florida Panthers tuvo un impacto monumental. Hoy, después de ganar dos Stanley Cups consecutivas, al vencer a los Edmonton Oilers 5-1 en el Juego 6 de la Final de la Stanley Cup el martes en la Amerant Bank Arena, en la que fue su tercera participación en fila en finales, es una conclusión sencilla de alcanzar.
Claro, sería injusto simplificar los esfuerzos de las oficinas de Florida a una sola persona, pero también sería ingenuo minimizar el impacto del presidente de operaciones de hockey y gerente general del equipo, que llegó a un acuerdo con el club en septiembre del 2020.
Pareciera que cada movimiento que hace el club parece ser el indicado, por muy arriesgado o complejo que parezca.
Y es así como ha sido dibujada la hoja de ruta del conjunto floridano en los últimos años, pasando de ser un equipo que sólo había clasificado a la postemporada seis ocasiones en sus 26 años de existencia previos, a clasificar en todas las campañas posteriores, convirtiéndose en un conjunto generacional.
Pero, ¿cómo llegaron hasta aquí?
De nuevo, hay muchas piezas que conforman la plantilla de los bicampeones, pero es que incluso al enfocarse en el segundo campeonato, si bien contó con gran parte del núcleo del primero, también fue creado en base a movidas arriesgadas que aportaron el impulso final para regresar a lo más alto del hockey.
El camino hacia el segundo título comenzó justo después de que los Panthers levantaran su primera Stanley Cup en junio pasado. El verano estuvo lleno de celebraciones, pero la directiva, lejos de conformarse, se movió para reforzar una plantilla ya campeona. Se enfocaron en añadir profundidad a través de la agencia libre, realizando fichajes clave que, a la postre, resultarían cruciales.
El primero de julio vieron la llegada de los delanteros Jesper Boqvist, A.J. Greer y Tomas Nosek, y apenas dos días después, fortalecieron la línea azul con la contratación del defensa Nate Schmidt. Estas adiciones complementaron el núcleo campeón y prepararon al equipo para el largo maratón de la nueva campaña, que comenzó oficialmente con la ceremonia de izado del banderín de campeones el 8 de octubre.
La campaña regular fue un maratón, con viajes a Finlandia, grandes traspasos en la fecha límite que trajeron a veteranos como Brad Marchand y Seth Jones, y una batalla constante en una competitiva División del Atlántico, donde terminaron terceros con un récord de 47-31-4.
Ya en los Playoffs de la Stanley Cup, los Panthers demostraron su temple. Despacharon a sus rivales estatales, el Tampa Bay Lightning, en cinco juegos. Luego, se enfrascaron en una reñida serie de siete partidos contra los Toronto Maple Leafs, una prueba de carácter que les recordó lo difícil que es avanzar. Superada esa prueba, eliminaron a los Carolina Hurricanes en cinco encuentros en la Final de la Conferencia Este, para citarse, por segundo año consecutivo, con los Edmonton Oilers en la gran final.
La serie por la Copa fue un reflejo de lo que son estos Panthers: un equipo que entiende que nada es fácil y que la cuarta victoria es la más difícil de todas. Tras una serie de altibajos, remontadas y tres partidos definidos en tiempo extra, los Panthers llegaron al Juego 6 en casa con una ventaja de 3-2 y la oportunidad de coronarse ante su gente.
"Tenemos esa ventaja, ya sabes, jugar un partido de eliminación en casa de nuevo en esta situación", comentó el delantero Matthew Tkachuk antes del encuentro decisivo. "No es ningún secreto que la Copa estará en el edificio. Va a ser la prueba más dura, el partido más importante. Estamos emocionados de volver a casa... y me alegra que tengamos esa experiencia".
Esa experiencia fue, sin duda, el factor determinante. La lección aprendida en la Final del 2024, cuando permitieron que Edmonton remontara una desventaja de 3-0 para forzar un séptimo juego, caló hondo en el vestidor. El equipo sabía que no podía permitirse excesos de confianza.
"Creo que cuando pasas por varias series de playoffs como lo hemos hecho nosotros, la mayoría de las veces, [la cuarta victoria] es la más difícil de conseguir", añadió Tkachuk. "Tenemos que igualar esa desesperación [del rival]. Tenemos que tratar este [partido] como un Juego 7 para nosotros también, si queremos tener la oportunidad de vencerlos".
Esa mentalidad fue la que mostraron en el hielo del Amerant Bank Arena. Con el apoyo de su público, que como dijo el delantero Anton Lundell, creó un ambiente vibrante, los Panthers jugaron con la calma y la confianza que les caracteriza. "Simplemente, diría que se trata de apegarnos a nuestro juego", explicó el delantero Evan Rodrigues sobre la filosofía del equipo. "No intentar hacer el momento más grande de lo que es. Es solo otro partido de hockey".
Al final, esa combinación de talento, profundidad y, sobre todo, un temple forjado en las batallas más duras, les permitió alcanzar la gloria una vez más. Se convirtieron en la octava franquicia en la historia de la NHL en ganar sus dos primeros campeonatos en su propio hielo, consolidando su estatus no solo como bicampeones, sino como una de las dinastías modernas del deporte.
El camino fue largo y arduo, pero como su entrenador, Paul Maurice, ha predicado durante estos años, el éxito de este grupo se basa en sus vivencias conjuntas. "Lo que te gusta son las experiencias compartidas", reflexionó Maurice. "Así que cuando entras a un vestidor después de una derrota difícil, para el siguiente juego, puedes señalar tres o cuatro veces que eso ha sucedido antes y decir 'así es como lo manejamos'. Esa memoria y esas experiencias que han compartido juntos realmente ayudan en estos momentos".
Y fue esa memoria, la del campeón, la que los guio de nuevo a la cima.
FUENTE: https://www.nhl.com/es/news/topic/playoffs/2025/series-o-news/el-camino-de-los-florida-panthers-a-su-segundo-titulo-consecutivo-de-la-stanley-cup
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