martes, 15 de junio de 2021

LOS CABALLEROS DEL TAPETE VERDE: EUROCOPA; FASE DE GRUPOS, DIA 5

 EUROCOPA (F) | HUNGRÍA 0 - PORTUGAL 3

Cristiano reina en el infierno

El gol postrero de Raphael Guerreiro y los dos del delantero de la Juve salvaron a un equipo avasallado casi hasta el final por 55.662 hinchas y una Hungría entregada.


Lejos de ser la Hungría de los magiares mágicos, a años luz de los Puskas, Czibor o Kocsis, la impetuosa selección húngara complicó el estreno de Portugal en un estadio con aires de prepandemia, ante 55.662 espectadores y sin mascarillas por ningún lado. Con un Gulacsi imperial, los portugueses no pudieron decantar el combate hasta el último suspiro. Se ha acostumbrado a convivir con la agonía el equipo de Fernando Santos, sirva el caso de la anterior Eurocopa como ejemplo.

Hungría jugó con sus armas y con las que le dieron los 55.662 aficionados que apretaron desde la grada. En estos tiempos de fútbol a puerta cerrada, contar con un apoyo así se convierte en un factor diferencial. Los jugadores llevan un año sin sentir el rugido de la grada, ese que empuja al que lo tiene a favor y empequeñece al que lo sufre.

Lo notó en los tímpanos Portugal de entrada, no hay duda, y le costó mucho ser la Portugal que atropella, más que juega. Fernando Santos, que intuía un partido de pierna dura, juntó a William Carvalho y Danilo Pereira en mediocampo, hormigón armado para liberar a sus flautistas. Bruno Fernandes flotó por donde quiso y Bernardo Silva y Diogo Jota fueron los acompañantes de un Cristiano molesto, gesticulante de principio a fin ante los abucheos que le propinó la grada. No recordábamos ya al Crstiano enfadado con el mundo.

Esa ofuscación la pagó con Diego Jota cuando no le cedió un balón que era más tiro que pase. Apareció Gulacsi entonces y también en cualquier otro acercamiento portugués. A Cristiano le sacó otra, después una más a Diogo Jota, y para su fortuna vio como el propio Cristiano mandaba a las nubes la única acción en la que el portero del RB Leipzig quedó vencido. No tiene tanta prensa como otros, pero hay portero en Gulacsi y lo demostró con una exhibición a la altura de muy pocos en Europa.

Hungría jugaba con el corazón y con un guardameta inconmensurable, aunque agradeció el descanso justo cuando más agua le llegaba al cuello. Szalai fue una especie de Luca Toni en la punta del ataque, siempre ofreciéndose en largo hasta extenuarlo de tanto balón directo. De aquel joven potente que pasó por el Castilla a este señor experimentado que sigue como nueve húngaro ha pasado una carrera futbolística entera y una década para el resto. Aún así, un cabezazo suyo fue el único calentón para un Rui Patricio atento, expectante.

Problemas

Los problemas de Portugal eran varios, pero se resumían principalmente en Gulacsi y en una alarmante falta de creación de juego. El portero volvió a negar otro tanto a Cristiano con una mano abajo que le coronó como héroe, al tiempo que su equipo y la grada se crecían al sentirse imbatibles. El otro gran dilema de los portugueses era que su mediocampo se mostraba incapaz de mandar, lo que fue dejando desnutrido al ataque. Sólo Bruno Fernandes amenazó con un misil a la cepa del palo que solventó de nuevo Gulacsi, intratable.

Budapest rugió, el estadio latió en cada contra, como en una que Schón convirtió en gol para éxtasis general que luego derivaría en decepción tras ser anulado el gol por fuera de juego. Fue el presagio de que lo peor podía pasar. Como más duele para el equipo anfitrión, en un rebote del lateral izquierdo que pasaba por ahí, Raphael Guerreiro anotó el gol que salvó al campeón de quemarse. Son esos golpes de fortuna los que diferencian a los equipos grandes del resto.

Ya con Hungría en la lona, Cristiano apareció en los instantes finales para firmar un doblete. El primero lo hizo con un penalti que esta vez no pudo detener Gulacsi. El segundo, ya en el descuento, recortando al propio portero dentro del área. Su celebración no pasó desapercibida y fue un mensaje al público que tan mala tarde le hizo pasar. A él y al resto. El infierno de Budapest casi le cuesta un disgusto a Portugal, pese a terminar goleando.

 

FUENTE: https://as.com/futbol/2021/06/15/eurocopa/1623779640_336103.html


EUROCOPA (F) | FRANCIA 1-ALEMANIA 0

Francia toma Múnich

Partidazo en el Allianz Arena que se resolvió con un autogol de Hummels. Alemania asedió a Francia, sin premio. A los de Deschamps le anularon dos tantos.


Mats Hummels miraba al cielo de Múnich. No se lo podía creer. En su primer partido oficial con la Mannschaft tras ser vetado como consecuencia de la debacle mundialista en 2018, el defensa del Borussia Dortmund marcó un gol en propia puerta que decidió el primer plato fuerte de la Eurocopa entre Francia y Alemania. Terminó imponiéndose la favorita. Pero sufriendo y pidiendo la hora ante una Alemania cuyo corazón y entrega, finalmente, no obtuvo recompensa. El próximo partido de la Mannschaft ante Portugal será su segunda final. Necesita estrenar su casillero de puntos si quiere evitar una finalísima por el tercer puesto frente a Hungría la semana que viene.

No hubo sorpresas en los onces. La vigente campeona del mundo salió con Griezmann, Benzema y Mbappé en ataque, Löw apostó por una línea de tres en defensa, Kimmich reconvertido en lateral y Havertz, en lugar de Sané, en ataque. El objetivo de la Mannschaft fue claro desde el principio: achicar espacios y evitar pérdidas para que los tres mosqueteros galos entrasen en escena lo menos posible. Y lo logró. Hasta que la propia Francia quiso.

No tenían prisa los franceses. Durante los primeros compases del choque en Múnich, la Tricolore se mantuvo en su propio campo y entregó el cuero a los anfitriones para ver qué proponían. Vieron que los de Löw querían ser protagonistas. No había complejos. Y los de Löw comenzaron tímidamente a mover el cuero y a buscar a Gnabry y Havertz en punta, eso sí, siempre cuidando el orden para que los de Deschamps no echasen a correr. Mandaba Alemania, pero no llegó a ver de cerca a Lloris en demasiadas ocasiones. Un cabezazo de Hummels muy alto fue de lo más reseñable por parte de la Mannschaft en los primeros veinte minutos de partido.

Fue entonces cuando, poco a poco, fue apareciendo Kanté en el centro del campo galo para robar algún que otro balón y ayudar a los suyos a adelantar líneas y amarrar a los alemanes, ya no tan finos con el esférico en los pies. Comenzaron a aparecer Pavard y Lucas por banda, ambos clave debido al espacio que dejaban los carrileros Kimmich y Gosens a sus espaldas. Fue por ahí por donde atacaron los de Deschamps. E hicieron daño. Mucho.

Un buen centro de Pavard terminó en córner y, acto seguido, en la primera clara del partido. Pogba remató de cabeza a escasos metros de Neuer, pero no atinó bien. No importó. Griezmann aparecía en todos lados del campo para dar movilidad a una campeona del mundo que tardó pocos minutos en hacerse con el control total. Neuer estuvo atento en la única ocasión en la que Mbappé logró quitarse de encima a Ginter, pero su compañero en el centro de la zaga no estuvo tan acertado como él. Pogba vio a Lucas en la espalda de Kimmich, el ex del Atlético la cruzó y Hummels, en lo que fue un intento de despejar el centro, se la coló en su portería.

Enmudeció el coliseo bávaro, en el que sólo se escuchaban a los pocos aficionados galos que se dieron cita en el Allianz. Pero quedaba mucho. Todo un mundo de partido. Se sacudieron los alemanes. Y volvieron a la carga. Sobre todo gracias a la soberbia de un Kimmich del que no se sabe si es mejor en el centro del campo o en el carril diestro. Para Lucas, su compañero en el Bayern, fue una auténtica pesadilla. Ambos protagonizaron una batalla individual que terminó en una patada involuntaria de Kimmich (que ya tenía amarilla) en la cara de Lucas.

Se rebeló Alemania. Y tuvo sus posibilidades de igualar el marcador. Gündogan y Gnabry tuvieron las más claras para la tetracampeona del mundo que, con el pase de los minutos, fue adelantando líneas, arriesgando más y ofreciendo más espacios a los correcaminos franceses. Rabiot la mandó al palo. Mbappé al fondo de la red tras bailar con Gosens, pero el linier levantó el banderín. Lo volvió a intentar la estrella del PSG y adelantó a Hummels como Bale a Bartra en aquella final de copa. Lo derribó el zaguero. Parecía penalti. Pero el VAR no intervino. Sí lo hizo tras un tanto de Benzama por fuera de juego. No importó. Un gol en propia le bastó para tomar Múnich.

FUENTE: https://as.com/futbol/2021/06/15/eurocopa/1623791323_485775.html    

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