EUROCOPA (E) | ESLOVAQUIA 0 - ESPAÑA 5
España descorcha el cava
La Selección golea a Eslovaquia y se clasifica para los octavos de final de la Eurocopa. La Croacia de Modric, rival el próximo lunes.
Costó lo suyo, pero estamos en octavos. Da igual si se avecinan olas de siete metros, ya saben, con Croacia y casi con seguridad el campeón del grupo de la muerte como temible panorama, porque tras los escalofríos de la primera fase se agradece bajar el balón al suelo y respirar tres veces. España solventó de forma plácida su primera final de la Eurocopa, aunque bien es cierto que Eslovaquia y sobre todo Dubravka (menudo autogol el del guardameta) ayudaron lo suyo para abrir la goleada. Pero La Roja jugó mucho mejor y se fue al hotel con una sonrisa de oreja a oreja. Eso también contagia. Tanto como que un señor llamado Busquets esté sobre el campo.
A eso de las cinco menos cuarto se hizo pública la alineación de España. Recién recibida la segunda dosis de la vacuna, achaqué a ella mi sorpresa por el once que ponía en liza Luis Enrique. Nada que ver. El asombro era generalizado y se repetían las mismas preguntas, hablaras con quien hablaras. ¿No juega Marcos Llorente? ¿Ni Pau Torres? ¿De verdad sale Sarabia en ataque? El único cambio que todos parecían ver con naturalidad era el de Busquets por Rodri. Luis Enrique es un enigma difícil de desentrañar, pero, sinceramente, ante Eslovaquia se superó. Eso sí, la vid dio buena cosecha. El rival, mientras, apostaba por la misma alineación inicial con la que se enfrentó a Polonia en San Petersburgo. Respecto al duelo con Suecia, regresaba Hromada al centro del campo como señal en rojo.
Era tarde de transistores, si es que aún quedan transistores, porque a los dos minutos de juego del Eslovaquia-España llegaba el rumor a La Cartuja del gol de Forsberg en el Suecia-Polonia de San Petersburgo. Bueno para La Roja. Aunque lo realmente bueno, para dejarnos de taquicardias, debía llegar en el césped del estadio sevillano. España triangulaba bien con querencia a la banda izquierda. Mientras, atrás, la defensa british integrada por Azpilicueta (Chelsea), Eric Garcia, Laporte (ambos del City) y completada con Alba, no pasaba apuros. La tarjeta de visita de Eslovaquia no era la más temible de la Eurocopa, pues llegaba al tercer partido de la fase de grupos con tan solo dos tiros entre los tres palos.
Pronto llegó el primer aire fresco a favor de la Selección. Era el minuto 9. La patada sin querer pero evidente de Hromada a Koke no podía tener otro resultado que la pena máxima. Kuipers recurrió al VAR y lo pitó. ¿Quién lo tiraría tras el fallo de Moreno ante Polonia? Para allí que se fue Morata. Y se lo detuvo Dubravka. Y volvieron los pitos a la grada. Y se avivó el tormento en la cabeza del delantero de la Juventus.
La botella de cava, esa a la que aludió Luis Enrique en la previa como perfecta metáfora del aluvión de goles que estaba por llegar pero no llegaba, seguía sin descorcharse. Se repetía el mismo patrón que ante Suecia y Polonia, con el campo volcado ante el rival, generando ocasiones de gol, centros y más centros al área, pero sin acierto. Morata se recompuso con un disparo duro desde la frontal del área (23’). Y en otro de Sarabia seis minutos más tarde llegó el ansiado gol, que no podía hacerlo de otra forma que de la más inesperada. El trallazo del delantero del PSG se estrelló en el larguero y en la parábola posterior, en la que el balón subió y bajó varios metros, complicó del tal manera la vida a Dubravka que este no acertó a despejar de puños por encima del palo sino que lo hizo por debajo. Chirigota de la vecina Cádiz, respiro para una Selección que se veía de nuevo en el diván en el período de descanso tras una primera mitad meritoria pero que hasta ese momento, el de la dubravkina, no había encontrado premio.
Kucka y Hromada recibían siempre de espaldas y así era imposible que articularan un ataque con garantías. La presión española funcionaba y eso no hizo sino acorralar cada vez más a Eslovaquia, que pedía el descanso para poder sentarse en el rincón y coger aire. Pero no le salvó la campana, pues en el 48’, Gerard aprovechó la continuidad de un córner para servir con rosca y todo el sirope del mundo un balón a Laporte, que cabeceó a la red. Era su bautismo goleador en La Roja y ese tanto nos permitía atisbar los octavos de final con 45 minutos aún por jugar de la segunda parte. Sin confiarnos, pero sin nervios. Se agradecía.
Lo agradeció especialmente la grada, que convirtió la segunda parte en un continuo aplauso para una Selección que se gustó. Sobre todo desde que Sarabia espantó con su gol en el 56’ todos los fantasmas. Llegarían luego los gritos reivindicando la entrada de Adama en el campo, la ovación a Morata cuando fue sustituido y el clamor general cuando Ferran Torres selló con un delicioso taconazo el pase con lacito de Sarabia. O cuando Pau Torres cerró la goleada nada más pisar el campo. ¿Era esa España la misma España con la que habíamos sufrido en los dos primeros partidos? Era la misma, pero diferente. Fue una la que llegó al estadio de La Cartuja y otra, más alta y más guapa, la que regresó horas después al hotel de concentración. Una vez descorchado el champán, habrá que empezar con la fiesta.
FUENTE: https://as.com/futbol/2021/06/23/seleccion/1624470974_729311.html
EUROCOPA (E) | SUECIA 3 - POLONIA 2
Lewandowski no basta
La selección polaca llegó a empatar un 2-0, gracias a dos goles de su estrella. Suecia marcó en el tiempo añadido el gol que le dio el liderato del grupo y eliminó a los de Paulo Sousa.
Suecia aguantó como primera del grupo de España a costa de condenar a Polonia a hacer el equipaje de vuelta a casa. Los suecos han cimentado su pase a octavos en dos pilares básicos del fútbol: un portero que pare mucho y falle poco y talento arriba (Forsberg sale a gol por partido). Además, la última media hora de Kulusevski (sus primeros minutos en el torneo tras superar el coronavirus) completan un ataque preparado para dar guerra ante cualquiera, porque Isak sigue de dulce aunque no vea puerta. Polonia se marcha de la Eurocopa con la certeza de que la idea de su nuevo entrenador está aún muy verde y con la sensación de que probablemente nunca madure. Sus opciones de clasificación llegaron con más heroica que fútbol y, sobre todo, con la calidad de Lewandowski, el mejor ‘nueve’ del planeta en estos momentos. No fue suficiente.
Suecia esquivó las especulaciones de inicio: sólo un minuto y medio tardó Forsberg en adelantar a los nórdicos. Se asoció con Isak, que completó otra gran actuación, y encontraron en Glik a un amigo polaco que ayudó al mediapunta del Leipzig a terminar solo ante Szczesny, al que batió con un buen zurdazo cruzado.
El tempranero tanto dejó grogui a Polonia, que hasta el minuto 10 apenas logró ni salir de su campo. Los suecos olieron la sangre y se lanzaron a la yugular para intentar zanjar el partido y el grupo, aunque los polacos resistieron bien en defensa. Poco a poco entraron en el encuentro y en el minuto 17 Lewandowski tuvo una oportunidad clamorosa que a estas horas debe seguir dando vueltas dentro de su cabeza: cabeceó dos veces consecutivas al larguero a la salida de un córner. Ahí se estiraron los de Sousa, aunque sin pisar demasiado el área antes del descanso. La ocasión más clara la desbarató Olsen, en un buen remate de Zielinski desde fuera del área.
En la reanudación, el partido se volvió loco. Suecia jugaba con red (clasificada desde antes del partido) y Polonia no tenía ya nada que perder. Se sucedieron las ocasiones (Zielinski se topó otra vez con el guardameta), hasta que la salida de Kulusevski mejoró a los de Andersson. El delantero de la Juventus realizó una gran cabalgada y asistió a Forsberg, que hizo un pase a la red. Cuando todo parecía decidido, Lewandowski puso emoción con un golazo sólo un minuto después y con otro en los minutos finales. Los polacos se quedaban a un gol del pase, pero el gol Claesson en el descuento terminó de desbaratar sus opciones.
Este resultado manda a Suecia a los octavos como primera y a Sousa al rincón de pensar, porque su idea de juego es difícilmente aplicable en el estilo de fútbol polaco.
Paulo Sousa: "Merecimos mucho más"
El seleccionador polaco, Paulo Sousa, aseguró que su equipo "mereció mucho más", tanto en esta Eurocopa como hoy, miércoles, en el partido ante Suecia (3-2). "Mi equipo mereció mucho más en los tres partidos. Nos faltó suerte en la Eurocopa. El primer objetivo era clasificarse para los octavos", dijo en rueda de prensa. Sousa subrayó que su equipo "no puede conceder goles tontos", aunque no consideró que toda la culpa sea de los defensas. "No puede ser que el primer disparo sea gol. Hoy creamos muchas ocasiones. Olsen hizo grandes paradas", apuntó.
Reconoció que él y los jugadores están "decepcionados", ya que trabajaron "muy duro" durante las últimas semanas. "Suecia merece ser el primero del grupo, pero hoy fuimos mejores que ellos. Les creamos más problemas que en todos los partidos que jugaron este año", señaló el portugués, que asumió el cargo a principios de 2021.
Recordó que las lesiones de dos de sus delanteros, Milic y Piatek, impidieron a su equipo alcanzar su auténtico nivel en el torneo. Sousa se mostró dispuesto a seguir al frente de Polonia durante la fase de clasificación mundialista, aunque matizó que el actual presidente de la federación polaca, Zbigniew Boniek, dejará el cargo. "Espero al nuevo presidente. Le he dicho a los jugadores en los vestuarios que ha sido un honor" ser seleccionador polaco, aseveró.-EFE
FUENTE: https://as.com/futbol/2021/06/23/eurocopa/1624472096_751498.html
EUROCOPA (F) | ALEMANIA 2 - HUNGRÍA 2
Goretzka salvó a Alemania
Tres años después de la debacle en el Mundial de Rusia, la Mannschaft estuvo a punto de volver a quedar eliminada en la fase de grupos.
Low: "Cometimos errores pero mostramos mucha garra"
El seleccionador alemán, Joachim Löw, declaró este miércoles que, aunque su equipo cometió errores, mostró mucha garra y la actitud correcta en el empate ante Hungría por 2-2 que le dio la clasificación para los octavos de final de la Eurocopa. "Mostramos mucha garra. Cometimos errores, pero tuvimos la actitud adecuada", dijo Löw.
"Superar este grupo es algo bueno. Era la meta y lo hemos conseguido. Los presuntos pequeños lo dan todo. No era fácil jugar contra diez jugadores defendiendo. Pero al final lo hemos logrado", dijo. Löw tuvo además palabras de elogio para Jamal Musiala, que entró hacia el final del partido e inició la jugada que llevó al gol del empate marcado por Leon Goretzka "Musiala hizo las cosas muy bien y es algo notable para un jugador en su edad", dijo Löw sobre el jugador del Bayern de 18 años. "Su fortaleza está en la posibilidad de moverse cuando hay poco espacio y hoy su entrada nos ayudó mucho", agregó.- EFE
FUENTE: https://as.com/futbol/2021/06/23/eurocopa/1624482058_087120.html
EUROCOPA (F) | PORTUGAL 2 - FRANCIA 2
Histórico Cristiano
Dos goles suyos salvaron a Portugal y le permitieron cazar a Ali Daei. Doblete de Benzema también. Actuación polémica de Mateu. Francia pasa primera.
Portugal sobrevivió en el alambre y subida a lomos de un gran Cristiano para seguir en la Eurocopa y arañar un empate suficiente ante Francia. El cóctel de emociones dibujó un partido colosal, imprevisible, en el que ambos acabaron con los objetivos cumplidos, aunque no sin sufrimiento. Los tantos de Cristiano, de penalti, neutralizaron los de Benzema, por fin en una versión más cercana a la del Madrid de la que se había visto hasta ahora.
Francia demostró que como más cómoda se siente es corriendo. El cambio de sistema de Deschamps, volviendo al dibujo exitoso del Mundial, potenció a Mbappé como tren de alta velocidad por la banda izquierda, sin mayor preocupación que atacar la espalda de Semedo. Para el exlateral del Barça el partido fue una tortura, especialmente cuando los franceses jugaron directos y verticales.
Portugal, con más toque, llevó el baile, aunque consciente de que en cualquier momento un chispazo de Mbappé le haría derretirse atrás. La contra de Francia era afiladísima, fugaz, y en un descuido portugués plantó al velocista del PSG ante Rui Patricio, que salvó con reflejos y valentía. En el duelo de cracks con Cristiano saltaron chispas, con Benzema con invitado de excepción. De Griezmann hubo muchas menos noticias.
Con un juego más coral, los portugueses se acercaron poco a poco al área de Lloris. A Cristiano se le veía motivado, con ganas de dar caza al récord de Ali Daei, hasta que lo consiguió. Aparecía Bernardo Silva, quería hacerlo Diogo Jota, pero el verdadero peligro estaba en conectar con Cristiano, que esperó paciente su momento.
El partido era de muchos decibelios y en la fiesta apareció Mateu, que pitó con personalidad aunque no sin polémica. El show empezó en un balón colgado al área en una falta lateral. Lloris, en su intento por despejar de puños, tocó el balón pero también la cabeza de Danilo, que cayó fulminado al suelo. El penalti, claro, lo convirtió Cristiano entre el cabreo francés.
Fueron los mejores momentos de Portugal, también los peores de Francia, aturdida por un penalti raro y un rival crecido. Había mucho hilo que cortar, aún así. Con Mateu a los mandos, más aún. Así, al borde del descanso, cuando más decisiva era una decisión arbitral, vio penalti por un contacto de Semedo sobre Mbappé al entrar al área, una acción mucho más discutible que la primera que enfadó esta vez a los portugueses. Benzema igualó.
El duelo de titanes no decepcionaba, tampoco el de sus mejores espadas. Con Benzema enchufadísimo y Mbappé percutiendo constantemente, el partido se fue inclinando hacia la agonía. El que más tenía que perder era Portugal, al que una derrota, unida a una victoria húngara en Alemania, eliminaba del torneo. Por momentos se produjeron ambas cosas.
Los temblores crecieron con el segundo tanto francés, siempre poderosa con espacios. Un pase filtrado a Benzema lo aprovechó el madridista con maestría para lograr un doblete con el que zanja cualquier tipo de debate en Francia. Mateu lo anuló en primera instancia, pero el VAR corrigió porque estaba habilitado. Ningún ingrediente faltaba en la ensalada.
El encuentro era una montaña rusa de emociones y goles, una pelea callejera en la que cada mandoble hacía estremecerse al rival. Portugal apretó los dientes, se lanzó a por el salvavidas que le mantuviera en el torneo, el que nunca le falla. Ese no es otro que Cristiano, capaz de liderar revoluciones como pocos jugadores en el mundo. Un centro suyo, de hecho, tocó en la mano de Koundé y propició otro penalti, bien visto por Mateu, que volvió a convertir el de la Juve. Ni Ali Daei ni nadie se le puede resistir cuando de ambición se trata.
En el tiroteo al amanecer en el que se había transformado el choque, faltaba la emoción de los últimos instantes, protagonizados por los miedos portugueses y los chispazos franceses. Cualquier alteración en el marcador podía hundir a Portugal, más aún ante las noticias que llegaban desde Múnich. Aún así, Rui Patricio salvó con un paradón a los portugueses, que volvieron a tirar de su portero para resolver como hacen con Cristiano en ataque. La marea bajó cuando llegaron noticias del empate alemán ante Hungría. Entonces todos respiraron tranquilos. Francia porque pasa como líder y Portugal porque es tercera, la misma posición que ocupó en la Euro 2016 que acabó conquistado. Sólo hay un argumento que pueda sujetarlo. Se llama Cristiano y se apellida Ronaldo.
FUENTE: https://as.com/futbol/2021/06/23/eurocopa/1624482904_947034.html
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